¿FUISTE INFIEL?
La cuestión es contar o no contar ...
Caíste o te
arrojaste a los brazos de otro. Quizá por única vez, o quizá hayas iniciado una
relación paralela. Mirás a tu novio o a tu marido dispuesta a confesar:
hablando se entiende la gente, ¿verdad? ¡Mentira! A veces, no.
Una buena pareja no tiene secretos, sostiene la sabiduría popular. Pero una
chica lista sabe que a veces es mejor no seguir ciegamente ese consejo. Seamos
honestas. No le contás absolutamente todo a tu hombre, ¿no? ¿O le decís que te
preocupan sus signos de futura calvicie, que no te bancás a su mamá, que a
veces fingís un orgasmo?
Bueno, supongamos que te asfixia la culpa por un secreto oscuro,
profundamente guardado... porque le fuiste infiel. ¿Te inclinás por contarle?
¿Deberías? "Sólo si queres que tu matrimonio se termine", advierte
Graciela*, de 40 años, cuyo marido le exigió el divorcio cuando encontró en un
abrigo de ella una carta erótica que le había mandado su amante. Graciela jura
que no dejó el abrigo con la terrible evidencia en un sillón del living porque
deseara ser descubierta, pero su terapeuta piensa lo contrario. "Si
hubiera podido controlar cómo y cuándo darle la noticia -insiste- hubiera
preferido hacerlo en público, tal vez delante de algún amigo o de mi hermana,
así él no hubiera podido hacer una escena ".
Según
algunos consejeros de familia, muchas parejas vuelan por los aires no por el
descubrimiento de un affaire sino por ocultarlo Su teoría es: si se mantiene en
secreto tan affaire, se traiciona la intimidad de la pareja, y nadie puede
recomponerla. El matrimonio tiende a derretirse por dentro y, luego de otros
affaires, finalmente se desmorona.